martes, 5 de junio de 2012

Inés en Australia

Es martes, hay 4 grados de temperatura y brilla un sol invernal aunque todavía no es invierno. Pasaron muchos días y muchas cosas. Mi cuerpo carga con un exceso de emociones. Así que tengo una terrible contractura en el hombro izquierdo que me impide girar la cabeza y también permanecer sentada. Leo pronto llegará para estudiar juntos las escrituras autobiográficas. Las palabras ahora golpean con ansiedad como el breve oleaje que da contra el muelle. El viernes estuvimos con Álvaro y victoria, además de sus hijas, la liebre y la pequeña apeareá, en su casa de campo en San José. Caminamos por el campo, pasamos entre una tropilla de caballos y llegamos al tajamar.Presentamos la novela en el ICE y luego nos quedamos junto al fuego conversando hasta muy tarde. victoria puso un disco de un músico brasileño que no conocíamos. El sábado llegaron a casa la flores y magnani. Estar juntos, es como un juego de estudiantes en vacaciones. Las horas pasando leves, fugaces. Solamente la vida está más vieja. Julia hoy me manda besosos y yo también le mando besos para los osos y para el doctor benz y su prima mercedes. Julia me dice que se los darías pero el doctor benz se fue a parís a tomar el té con la prima. Inés, la hija de mis amigos, hace un año se fue a vivir a Australia. Flor Meza diría que es otra inmigrante por amor. Este mes su madre viajará para visitarla. Está tan emocionada por el hecho que hasta se atrevió a comprarse un vestido nuevo, ella, que nunca desea comprarse nada. Las hijas que se van de casa. Las hijas que se van a vivir a otro país y las madres nos quedamos mirando el río y el océano, escuchando el rumor de las olas, por si traen ecos de sus voces entre tantos otros idiomas.

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